¡Bienvenidos a otro post de TELLO FISIOTERAPIA! Hoy os hablaremos de un tema que a los padres os preocupa muy a menudo: la forma de andar de vuestros pequeños. Sobre todo, si caminan con los pies hacia adentro o de puntillas.
Comenzamos con los PIES HACIA DENTRO.
Los peques en sus primeros años de vida presentan un patrón inmaduro. Se están iniciando en la posición bípeda y en la marcha y es normal que vayan con los pies más abiertos buscando una base de sustentación más amplia, pasos pequeños, sus brazos en el aire intentando mantener el equilibrio y una alineación de los pies apuntando al frente o ligeramente hacia afuera.
Sin embargo, hay un tanto por ciento elevado de niños que presentan una marcha distinta, los dedos de sus pies miran hacia adentro, lo que se conoce como alteración torsional o rotacional.
Esta manera de colocar los pies y de caminar suele ser un motivo de consulta frecuente en las consultas, ya que observáis que se caen frecuentemente, y el calzado presenta rozaduras en la parte anterior del pie.
Bueno, pues en principio tranquilizar a esos padres, ya que lo que presenta vuestro pequeño es una variante de la normalidad y con el desarrollo psicomotor normal se irá corrigiendo esa posición. La presencia de esta marcha suele estar presente hasta los 8 o 9 años de edad.
Es por ello, que debemos prestar atención a las malas posiciones y modificarlas, tales como sentarse en “W”.
Sin embargo, siempre hay que consultar a un experto, ya que pueden existir alteraciones traumatológicas o neurológicas que lleven a ese tipo de marcha tales como torsiones tibiales, metatarsus adductus, hiperlaxitud… Aunque, estos porcentajes son pequeños siempre debemos tenerlos en cuenta e iniciar un tratamiento precoz para restaurar lo antes posible una marcha funcional
MARCHA DE PUNTILLAS
Otra de las consultas frecuentes, es que vuestros hijos caminan de puntillas.
Esta marcha suele desaparecer entre los 3 – 6 meses después de haber aprendido a caminar, y casi siempre desaparecen antes de los 3 años.
Sin embargo, se debe prestar especial atención si continúa mucho más allá de los 3 años, o existe una marcha asimétrica tal como caminar con un pie normal y otro de puntillas. En ocasiones, llegan a resolver espontáneamente alrededor de los 6 años.
La consecuencia principal de este tipo de marcha es la reducción de la flexibilidad de la pantorrilla es por ello necesario un tratamiento precoz encabezado por fisioterapia para obtener mayor movilidad, evitar restricciones en la movilidad y para dar elasticidad a la zona.
Siempre se recomienda revisiones por parte de un experto para comprobar otras problemas estructurales que pudieran alterar su desarrollo motor normal y/o causar desviaciones en su columna vertebral, tales como Hiperlaxitud, problemas congénitos o mal posiciones fetales intrauterinas…Pídele a tu Fisioterapeuta que haga revisiones anuales a tus pequeños!
Así que, ¡ya sabéis papás!, por tendencia general ambas marchas suelen ser de resolución espontánea pero siempre es necesaria una valoración para descartar cualquier otra patología y ayudaros para corregir y enseñar las posturas más correctas para vuestros pequeños.
¡Nos vemos en el próximo post!